La relación entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel ha llegado a un punto de no retorno. La crisis se desató luego de que Villarruel, como titular del Senado, habilitara una sesión que resultó en la aprobación de leyes que aumentan el gasto fiscal, una derrota significativa para el gobierno de Milei, que ha priorizado el superávit.
Villarruel responde a las acusaciones y critica a Milei
A través de Instagram, Villarruel respondió a mensajes que la acusaban de "traición", justificando su rol en el Senado. Pero fue más allá, sugiriendo que Milei, si está tan preocupado por el superávit fiscal, debería "ahorrar en viajes y en la SIDE", aludiendo a los fondos destinados a los servicios de inteligencia. Además, lo calificó de "infantil y maleducado", acusándolo de desconocer las urgencias de los argentinos al vivir aislado en la residencia presidencial.
Un quiebre anunciado
La mala relación entre Milei y Villarruel no es nueva. Desde el inicio de la gestión, las tensiones han sido evidentes. Villarruel, con una postura negacionista sobre la dictadura y antiabortista, esperaba controlar ministerios clave como Defensa y Seguridad, pero Milei la excluyó de estas áreas, generando un profundo resentimiento. La vicepresidenta se ha refugiado en el Senado, quedando al margen del círculo de poder. En la Casa Rosada, se la acusa de priorizar sus ambiciones personales, pensando en una futura candidatura fuera de La Libertad Avanza. Su relación con Karina Milei, hermana del presidente, es particularmente tensa.
¿El fin de una era?
Este quiebre público entre el presidente y la vicepresidenta plantea serias interrogantes sobre la estabilidad del gobierno y el futuro de la coalición gobernante. La confrontación expone las profundas diferencias ideológicas y ambiciones personales que subyacen en la alianza entre Milei y Villarruel, dejando al descubierto una fractura que parece irreconciliable.