Amanda Anisimova, la tenista estadounidense que supo deslumbrar al mundo con su talento, ha vuelto a ser noticia, no solo por su impresionante desempeño en el US Open, sino también por su valentía al hablar abiertamente sobre su salud mental.
Hace poco más de dos años, Anisimova tomó una pausa de ocho meses en su carrera, desde mayo de 2023 hasta enero de 2024, para concentrarse en su bienestar. Esta decisión, que en su momento generó interrogantes, hoy se revela como una pieza clave en su resurgimiento.
Un regreso triunfal tras priorizar la salud mental
Tras su victoria sobre Kimberly Birrell en el Louis Armstrong Stadium, Anisimova no dudó en responder preguntas sobre su tiempo fuera de las canchas. Con una honestidad admirable, expresó su deseo de que su experiencia pueda servir de inspiración y apoyo a otros.
“Me gusta hablar de ello, y sin duda, es especial”, afirmó Anisimova. “Si puedo tocar la vida de alguien en ese sentido y si alguien puede identificarse conmigo de esa manera, entonces me hace muy feliz”.
De joven promesa a defensora de la salud mental
Anisimova irrumpió en el circuito profesional como una joven promesa, alcanzando las semifinales del Roland Garros en 2019 con tan solo 17 años. Sin embargo, la pérdida de su padre y entrenador, Konstantin Anisimova, afectó profundamente su rendimiento y su bienestar.
La pausa y la búsqueda de ayuda profesional fueron fundamentales para su recuperación. Anisimova continúa trabajando con una terapeuta especializada en traumas, quien la ayuda a manejar la ansiedad. La tenista considera que esta terapia es una parte esencial de su exitosa temporada.
“Obviamente, me sirvió [bien], y estoy muy contenta con la elección que hice”, concluyó. “Claramente está dando sus frutos ahora”.
La historia de Amanda Anisimova es un testimonio del poder de la resiliencia y la importancia de priorizar la salud mental, incluso en el competitivo mundo del deporte de alto rendimiento.