La industria del entretenimiento está en llamas tras la aparición de Tilly Norwood, una actriz generada por Inteligencia Artificial. La controversia no se ha hecho esperar, con figuras de renombre como Emily Blunt alzando la voz y advirtiendo sobre las implicaciones de esta tecnología.
¿El futuro del cine o el fin de los actores?
Tilly Norwood, creación del estudio Xicoia, ha sido presentada como la próxima estrella de Hollywood, capaz de protagonizar películas, series, podcasts, campañas publicitarias y hasta interactuar con fans. Su apariencia, una mezcla entre Gal Gadot, Ana de Armas y Vanessa Hudgens, ha llamado la atención de agencias de talento y estudios cinematográficos.
Sin embargo, la reacción de los actores no ha sido positiva. Melissa Barrera, conocida por su papel en Scream, instó a sus colegas a abandonar a cualquier agente que represente a este tipo de creaciones. Mara Wilson, de Matilda, cuestionó qué pasaría con las actrices reales cuyos rostros fueron utilizados para crear a Norwood. Ralph Ineson, de Los Cuatro Fantásticos, fue aún más directo, expresando su rechazo con un contundente “Fuck off” en X.
Emily Blunt da la voz de alarma
Durante una entrevista en el Variety Awards Circuit Podcast, Emily Blunt se mostró sorprendida y preocupada al enterarse de la existencia de Tilly Norwood. La actriz calificó la situación como “realmente aterradora” y advirtió a las agencias de Hollywood que no apoyen este tipo de iniciativas. Blunt teme que la proliferación de actores generados por IA pueda desplazar a los actores reales y precarizar aún más la industria.
¿Qué implicaciones tiene esto?
- Reemplazo de actores: La principal preocupación es que las actrices y los actores sean reemplazados por modelos virtuales, lo que generaría una pérdida de empleos y una devaluación del trabajo artístico.
- Derechos de imagen: El uso de rostros y características de personas reales para crear actores virtuales plantea interrogantes sobre los derechos de imagen y la propiedad intelectual.
- Autenticidad y creatividad: ¿Pueden los actores generados por IA realmente replicar la emoción, la autenticidad y la creatividad que aportan los actores humanos?
La controversia en torno a Tilly Norwood ha abierto un debate crucial sobre el futuro del entretenimiento y el papel de la Inteligencia Artificial en la industria. ¿Estamos ante una revolución tecnológica que transformará la forma en que consumimos contenido audiovisual, o ante una amenaza para la profesión de actor?