El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, protagonizó una llamativa protesta frente a la Casa Rosada, exigiendo al gobierno de Javier Milei la reactivación de obras de infraestructura cruciales para su provincia. Con un poncho salteño y acompañado por gauchos, Sáenz buscó visibilizar la frustración del norte argentino ante la paralización de proyectos esenciales.
Un reclamo con sabor a tradición
Sáenz, apelando a la memoria de los encuentros entre Macri y Milei, declaró: "No quiero comer milanesas con Milei, quiero que se hagan las obras". Su intención era clara: canalizar el reclamo de Salta, una provincia que, según sus palabras, tiene mucho que ofrecer al país.
¿Acampe frustrado?
Inicialmente, Sáenz planeaba realizar una protesta con guitarreada y acampe, pero la Policía Federal impidió la instalación de la carpa. Sin embargo, esto no detuvo el reclamo. El gobernador se plantó frente a la Casa Rosada, acompañado de música y el inesperado apoyo del reconocido folclorista Facundo Saravia.
Diálogo en medio de la protesta
La protesta de Sáenz no pasó desapercibida. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Santiago Caputo se acercaron a saludarlo e invitarlo a dialogar. Francos prometió "reencauzar el diálogo" después de las elecciones legislativas del 26 de octubre, buscando así desactivar la tensión y encontrar soluciones a los reclamos del gobernador salteño.
Más allá de Buenos Aires
Sáenz insistió en que "la Argentina no empieza y termina en Buenos Aires". Subrayó la importancia de las obras para el crecimiento del norte argentino, destacando su potencial en minerales, energía y agroindustria. El gobernador busca que se escuche la voz de las provincias y se atiendan sus necesidades urgentes.
El reclamo de Gustavo Sáenz pone de manifiesto la tensión entre el gobierno nacional y las provincias por la reactivación de la obra pública. Mientras el diálogo se reanuda, la incertidumbre persiste sobre el futuro de proyectos clave para el desarrollo del interior del país.