La situación en los comedores comunitarios de Argentina se agrava día a día. Mientras la crisis económica empuja a más personas a buscar ayuda alimentaria, los recursos escasean y las tensiones con el gobierno nacional se intensifican.
Comedores desbordados: La cruda realidad
Según informes recientes y testimonios de referentes sociales, muchos comedores se ven obligados a reducir sus días de apertura y a establecer listas de espera debido a la falta de alimentos. El comedor San Cayetano, en Merlo, es un ejemplo de esta situación: debió cerrar sus puertas por la falta de mercadería.
La fundadora de Los Piletones, Margarita Barrientos, alertó sobre el deterioro de las donaciones estatales, señalando que la situación actual es peor que nunca. Esta realidad se suma a las dificultades preexistentes, como demoras en la entrega de fondos del programa Alimentar Comunidad, que ya superan los dos meses.
El conflicto con el Ministerio de Capital Humano
La relación entre las organizaciones sociales y el Ministerio de Capital Humano, encabezado por Sandra Pettovello, se ha tensado desde el inicio de la gestión de Javier Milei. Las críticas hacia los comedores, catalogados como "gerentes de la pobreza", y la auditoría realizada por la SIGEN han generado desconfianza y malestar.
Además, la retención de alimentos en depósitos, que derivó en una causa judicial el año pasado, generó fuertes cuestionamientos hacia la política social del gobierno. Si bien se restituyó el programa Alimentar Comunidad tras una orden judicial, las organizaciones denuncian trabas burocráticas y falta de apoyo real.
¿Qué futuro les espera a los comedores?
La incertidumbre sobre el futuro de los comedores es palpable. La combinación de una creciente demanda, la falta de recursos y la conflictiva relación con el gobierno nacional plantean un panorama desafiante. Es crucial que se encuentren soluciones urgentes para garantizar el acceso a la alimentación de las personas más vulnerables.