El tenista ruso Daniil Medvedev protagonizó un momento curioso (y algo polémico) durante el Masters de Shanghái. En medio de un partido extenuante contra Learner Tien, y aquejado por calambres severos, Medvedev solicitó la ayuda de una alcanzapelotas para quitarse la camiseta.
Calambres extremos y una solicitud peculiar
La humedad intensa en Shanghái estaba haciendo estragos en el físico de Medvedev. Los calambres, especialmente en los brazos, le impedían quitarse la remera empapada en sudor. Ante esta situación, Medvedev recurrió al juez de silla, preguntando si una de las alcanzapelotas podría ayudarlo.
La respuesta del juez fue ambigua: "Si alguien está dispuesto a hacerlo..." Finalmente, fue el supervisor de la ATP, Gerry Armstrong, quien intervino para quitarle la prenda al tenista ruso. Un detalle que no pasó desapercibido fue que Armstrong se limpió las manos con una toalla inmediatamente después, lo que generó comentarios irónicos en redes sociales.
Reacciones encontradas en redes sociales
El insólito pedido de Medvedev no tardó en generar controversia en las redes sociales. Algunos usuarios criticaron al tenista por solicitar la ayuda de una alcanzapelotas, considerando que era una tarea que podría haber realizado el fisioterapeuta que lo estaba atendiendo o el propio Armstrong. Comentarios como "Qué bicho raro" y "Sigue siendo raro que pidiera específicamente a una alcanzapelotas" inundaron las plataformas digitales.
Otros usuarios señalaron la diferencia de edad entre Medvedev y las alcanzapelotas, calificando el pedido como inapropiado. Sin embargo, también hubo quienes defendieron al tenista, argumentando que los calambres severos justificaban su solicitud.
Más allá de la polémica: Victoria y elogios para Tien
A pesar de la controversia, Medvedev logró superar los calambres y vencer a Learner Tien en tres sets. Tras el partido, el tenista ruso elogió a su joven rival, afirmando que tiene el potencial para convertirse en número uno del mundo en el futuro.
El incidente de la remera probablemente quedará como una anécdota curiosa en la carrera de Medvedev, pero también plantea interrogantes sobre los límites de las solicitudes a personal de apoyo en eventos deportivos.